23Todo aquel que niega al Hijo tampoco tiene al Padre. El que confiesa al Hijo tiene también al Padre. 24 Permanezca en ustedes lo que han oído desde el principio. Si permanece en ustedes lo que han oído desde el principio, también ustedes permanecerán en el Hijo y en el Padre. 25 Y esta es la promesa que él nos ha hecho: la vida eterna.
EstoJuan lo confirma al culminar el pasaje: “cuando resucitó de entre los muertos, sus discípulos recordaron que había dicho esto” (2:22). Las palabras de Jesús aquí y a través de este Evangelio se convierten en palabra de fe y, en si, “Escritura,” palabra con autoridad, cuando se ven a la luz de la resurrección. 1.
Losprimeros creyentes en Jerusalén. 23 Cuando Jesús estaba en Jerusalén durante la fiesta de la Pascua (), muchos creyeron en Su nombre al ver las señales que hacía. 24 Pero Jesús, en cambio, no se confiaba en ellos, porque los conocía a todos (), 25 y [] no tenía necesidad de que nadie le diera testimonio del hombre, porque Él conocía lo que había EnJuan 12:42, aquellos que creyeron no se comprometieron lo suficiente para confesar su fe porque ellos tenían miedo de los Fariseos. Lo que promete Jesús. La simple verdad detrás de Juan 2:23-25 es que mientras más nos comprometemos a nosotros mismos con Jesús, Él estará más dispuesto a comprometerse a Sí mismo con nosotros. Juan2:23-25 El texto nos aclara que aun cuando la gente había creído en Él por las señales que les había hecho y por ende no se confiaba de ellos porque los Evangelio del domingo, 3.º Cuaresma – Ciclo B] Juan 2,13-25: Se acercaba la Pascua de los judíos, y Jesús subió a Jerusalén. Y encontró en el templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas sentados; y, haciendo un azote de cordeles, los echó a todos del templo, ovejas y bueyes; y a los cambistas les esparció las monedas y les Aut46S.